El Rincón del VoX busca ser...

Un espacio ÚNICO e INIGUALABLE (en serio cabrones).

Que se distinga por ser Criticón, Cabrón, Castroso y por chingar la madre sin censura, a quien madres sea, sin distinción de Razas, Géneros, Nacos, Fresas, Políticos, Amigos, Cuates, Etc, Etc, Etc, Etc, Etc, Etc… Etc.
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viernes, 2 de mayo de 2008

Il Corpo!!!



¿Alguna vez han pensado para qué sirve ponerse colorado? Claro, porque un camaleón cuando está en peligro cambia de color para esconderse, y sin embargo, nosotros cuando queremos pasar desapercibidos, va nuestro cuerpo y nos pone la cara como un tomate. Muy bien. Solo nos falta una alarma. Y como alguien ya te diga: “¡Hey guey, te estás poniendo rojo!”, entonces ya se te pone la cabeza que parece el foco de entrada de cualquier putero de 3ª división.

Es que el cuerpo toma sus propias decisiones, por su cuenta. Los científicos lo llaman el sistema parasimpático. ¿Parasimpático? más bien parece el sistema para-joderte! Bueno, pues el sistema parasimpático este es el culpable de que la noche antes de una entrevista de trabajo, te salga un grano en la nariz. Y allá te vas, con tu grano. Y encima cuando le vas a dar la mano al selector de personal tu cuerpo dice: “shhht, a sudar!”, y en vez de la mano, lo que le das es una lengua de vaca: “pzzfffff pzzzzfffff”. Tu estás jodido pero tu cuerpo se la está pasando de huevos: “Je, la verdad es que se me hace bastante parasimpático esto. Pero ahora voy a ponerle un tic en un ojo”. Oye, y de repente, tu que querías ser Jaime Camil en su papel de ejecutivo, te conviertes en un pinche ventilador con las pestañas. !No, pero tu cuerpo no ha acabado todavía contigo, que va…no! porque cuando acaba la entrevista de trabajo, justo en el momento en que te vas a levantar, te das cuenta de que se te ha dormido una pierna. ¡Muy bien galán! Entre la mano, el ojo y la pierna pareces El Monje Loco. Y encima, en la puerta, el selector de personal te dice: “No hace falta que nos llame eh? no…ya le llamamos nosotros… si eso.”

Otra cosa que se le ha ocurrido al cuerpo para fastidiarnos es fabricar pedos! ¿Esto que es? ¿es energía? ¿es música? ¿es propulsión? No, es un chiste, si…resulta que el cuerpo es tan desmadroso que crea un gas que huele fatal y que sale por el culo! ¿No había otro sitio? ¡Por el culo! ¡Pues muchas gracias, oiga! Ah! y no contento con eso dice: “ay, la verdad es que me está quedando chistosito, pero vamos a incorporarle un sonido de trompetilla”. Muchas gracias, de verdad, que gran invento. Tiene sonido, tiene olor…¡coño! ¡solo le falta luz! ¿se lo imaginan¿ Por la noche iríamos todos que pareceríamos luciérnagas!

Otra genialidad que se le ha ocurrido al cuerpo es bostezar. Tú puedes resistirte verdad???, a que no… Está un amigo tuyo diciéndote: “pues no mames wey, se soltó mi perro pekinés y en ese momento venia una aplanadora…” y tu: “uuuuuuuaaaaaaaaaahhhhhh, que mamada no?” Que cabrón! Menos mal que el bostezo se contagia y al cabo de un rato está el: “uuuuuuuuaaaaaaahhhh pues entonces por eso estoy aguitado wey!”

Y me van a perdonar pero…¿y cuando la cosa se pone dura sin venir ni al caso? En un autobus, por ejemplo, tu vas por Toluca y de repente, ¡zas!, pero ¿por qué? ¿que has visto tú que no he visto yo? ¿que pasa, te gusta el chofer? ¿o estás saludando a alguna colcha?

Si es que es la verga, el cuerpo, el cuerpo...

Y es que el cuerpo no respeta ninguna situación.

Ninguna, ninguna, ninguna, ninguna.

Tú acabas de ligar con la chica que te gusta y ¿que hace tu cuerpo para fomentar el romanticismo? Que te rujan las tripas: glug glug glog glog glug. Bien, de huevos! ahora resulta que soy ventrílocuo y que no lo sabía.

Al Titino que llevo aquí dentro. No, y no se queda ahí el cuerpo, no. Cuando estás en pleno kamasutra, tú que te la has rifado acaa chido, pues tu cuerpo dice: “No hombre no. Que se lo pase bien éste no. A ver que hago yo para fastidiarle”. Y cuando estás en lo mejor del acto, de repente te da un calambre en la pata, se te sube la bola, y empiezas a dar vueltas en pelotas por toda la habitación: “AAaaay ayyyy ayyyy puuuuuuuuta maaaaaadreeeee aysss”. Con todas las bolas saltando que aquello parece un bingo.

Cuando ya por fin te acuestas, te duermes, y tu cuerpo dice: “Hey compa, tu si que me lo pones a modo! venga, ¡a roncar! y echa un poquito de baba, eso es, un hilito. Y ahora voy a montarte una peli de espantos en la pinche cabeza y te voy a apretar la garganta, para que hables en sueños”. Y allí estas tú, con la chica que te gusta, roncando, echando baba y con una pesadilla de moda: “que viene el emoo…ha viene el emo, cuidado!”. Y en medio un pedo, que ya dices: mira, ya llego!

En fin, a lo mejor los que pasa es que estamos equivocados nosotros, claro, porque si se fijan todo lo que hace el cuerpo por su cuenta, o está mal visto o es una chingadera. A lo mejor había que hacer un mundo, donde el sudor, los eructos o los pedos fuesen algo elegante. Claro, porque todos los cuerpos del mundo no pueden estar equivocados!

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