Cuando te clavas a trabajar en tu casita es muy còmodo, claro tiene como todo sus altas y sus bajas, pero estas tranquilo con este trabajo tan diferente al de la oficina y con la música que uno quiere, a la hora que quieras y con el volúmen que quieras.
Bueno, por lo menos así lo veía yo, pero cabe señalar que lo que no me esperaba era tener que lidiar con el maldito telemarketing…
Y es que los dichosos “ejecutivos” son verdaderamente in-su-fri-bles y todos tienen el mismo timbre de voz así como cantadito atch!!! que purgantes!!!
El problema es que me han bombardeado con sus “bonitas” promociones (¿por qué hablan con tantos calificativos?) hasta el hartazgo… empezaron por querer cambiarme de compañía telefónica o “aunque sea” para la larga distancia, bancos que te ofrecen tarjetas de crédito con la taza de interés “mas baja del mercado” (¿ya inventen otra frase, no?), inmobiliarias y tiendas departamentales (los peores son C&A).
Así que un día los poderes de universo, cansados de escuchar mis quejas y maldiciones pusieron a mi alcance la información descrita en la página web http://rpc.profeco.gob.mx y que se refiere a la Procuraduria Federal del Consumidor, en el cual se le permite a los consumidores registrar su número telefónico cuando no deseen que su información sea utilizada para fines mercadotécnicos o publicitarios o que no deseen recibir publicidad en sus números telefónicos fijos, fax o celular (tomado de la misma fuente).
Vale la pena consultar esta información… a mi me ha resultado bastante bien.
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