El Rincón del VoX busca ser...

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lunes, 24 de marzo de 2008

l ve del `i ha accettato il vostro cuore non è con me



Desde hace unos días, todos los días, aparece esta pútrida sensación de nausea mezclada con nostalgia. Son 40 minutos después de levantarse y justo cuando abandono mi casa. Al parecer el sueño está jugando un papel contraproducente, mi subconsciente me traiciona y la necesidad de decir cosas que no puedo o no he podido comunicar se aproxima.

La ansiedad a esas horas es horrible porque el sueño no alivia la tensión involuntaria.

No entiendo cómo precisamente funciona el libre albedrío, pero he entendido que hoy las cosas no son para mí, nada salió como lo planeaba y en este instante tengo una sensación abrumadora que no puedo dejar, esa sensación de abandono, de desdén no declarado.

Producto de situaciones desaventuradas, una vez más estoy muy lejos de tí. Durante mucho tiempo cerré las heridas y me enfundé en la pretensión de no mostar sentimientos, abrir otra vez la cabeza y el corazón me ha traido algunas experiencias de regreso.

Sé que a veces las cosas que pasan no son culpa de nadie, son situaciones eventuales donde todos giramos alrededor de un eje que no es nuestro, de un mundo que no es nuestro, de un destino que no es nuestro.

Cuando alguien dice que no te quiere lastimar, en realidad no quiere hacerlo, pero en la negación del propósito obliga a negar algo que ya se fué, algo que parecía cercano pero ahora es distante, frío, impersonal.

Es tal vez una necesidad de autodefensa, no lo hacen por lastimarte, tal vez la indiferencia duela pero se hace con la mejor intención, uno se acerca al fuego cuantas veces quiere y sale vulnerado, caminando débilmente hacia el umbral de la incertidumbre una vez más no sé cómo lo perdí.

O peor aún, lo perdí sabiendo lo que perdí pero no quise aceptarlo en su momento, y es así porque así debía de ser tal vez, así pasaron las cosas o así pedí que se fueran dando, no lo sé.

Y es entones en donde se empieza a llegar a los límites de lo humanamente posible hacer, de esas veces en que realmente uno conoce de sus alcances, de su potencia, de su esfuerzo, de su tolerancia, de su empeño, de su persistencia, de su necedad, porque incluso se dejan de hacer cosas que antes hacias, que eran parte de uno, que hacian y consolidaban a uno, como lo que realmente es.

Estas pués dispuesto a dejar de ser lo que eres, por tratar única y exclusivamente de parecer más atractivo e interesante a alguien, esto realmente me parece una estupides, pero la verdad es que es algo que todos, y me incluyo, hemos cometido, hemos cambiado, hemos dejado de ser lo que realmente somos, por alguien más, hemos pués llegado en por lo menos una ocación (y eso siendo muy conservador) a conocer los límites de nuestro propio corazón.

Aceptar una derrota yo perfectamente se que no es nada fácil, ni menos gratificante, porque sientes que algo falta y no está, sientes que la música no lo llena, nada lo llena por completo porque hace falta a veces una palabra, algo, el ser optimista es lo mejor, porque tal vez siempre vendrá algo mejor, pero esa deducción es sólo como un placebo porque las cosas no están bien actualmente, nada salió como en un principio había planeado.

Creer muchas cosas, tener fé, es difícil porque cuando la pierdes no hay algo inmediato que pueda remediarlo. Así fue, resignadamente afirmo, y tal vez así sea en ocasiones futuras porque al parecer uno no aprende al completo de las cosas que luego causan arrepentimiento.

No hay manera de soslayar esto aunque no se tome como algo personal, la autocompasión no sirve de nada porque la tristeza sigue ahí guardada, es una situación real, de abandono, es una sensación de desatención o de olvido gradual que nunca es fácil asimilar, pero ahí se queda, hasta que el fuego se calme y se lo lleve el viento , y la sensación desaparezca.

Hay tantas cosas que quiero decir, compartir, pero no mucha gente a quién contárselas.

Si por el momento mis palabras no hacen eco, sé que algún día la curiosidad activará estos versos desamorados, espero ser fuerte hasta entonces, porque el sentimiento de que algo en alguien se desvanece como el humo de un café que pierde su sabor no es algo que se puede resolver en un par de días.

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