El Rincón del VoX busca ser...

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domingo, 30 de marzo de 2008

Nos Timaron!!!



¿Con qué nos engañan de pequeños?

Les quiero contar un secreto: Mickey Mouse… no existe. Es un ratón que interpreta el papel de Mickey Mouse. Además el pobre está encasillado.

Y es que de pequeños vivíamos engañados, y nuestros padres eran los principales responsables, no dudaban en recurrir a cualquier mentira con tal de conseguir sus objetivos.

Por ejemplo, a la hora de la comida. Si tú no querías comer, te intentaban hacer creer que la cuchara con el puré de verduras era…un avión. ¡Vaya símil más acertado! De hecho creían que lo único que le faltaba para ser verosímil era el sonido del motor. Y ahí les veías BRRRRRRRRRRRRRR.

Claro es que pensaban: “Si el niño no quiere comerse un poco de puré… Seguro que se come un avión”.

Además te hacían responsable de la buena alimentación de toda tu familia: “Esta por papá, esta por la tía, esta por mamá, esta por tu chingada madre, oyeeee!!!…” Osea, tenías que comer tú por todos.

A veces sus mentiras conseguían lo contrario a lo que se proponían. Por ejemplo, para conseguir que nos durmiésemos se inventaron las canciones de cuna, no?.

Que igual la música era apropiada, pero fallaban en la letra. Como esa que decía: “Duérmete niño, duérmete ya, que viene el Coco y te comerá…”

Y tu:”¿Cómo? ¿Qué va a avenir quién? O sea que después de esta información ¿Tu quieres que yo me duerma?” Claro te pasabas toda la noche así (GESTO DE OJOS COMO PLATOS) Y es que decías: “Chingao. ya que va a venir el Coco… ¡Por lo menos que me agarre despierto el muy cabrón!”

Cuando nos llevaban al médico también recurrían al engaño. Y te decían cosas como: “Tonto, si no te va a doler…” Además te decía “Tonto, vas a ver como al final el doctor te regala una paletita” “¿Una paletita? ¡Haberlo dicho antes! ¡Rápido! ¿Qué esperamos? ¡Hágame una operación a corazón abierto sin anestesia!

Cuando terminaba la consulta, el medico te decía: ” Toma NIÑOTE. Esto para ti”. Y lo que te daba era el palito con el que te había examinado. Y encima tu madre: “¿Qué se dice?” “¡Lalito! ¿Qué has hecho con el resto del helado?”. ¿Qué esperaban que dijéra? “Puta, gracias, no sabes como me voy a divertir en la escuela con este palito” “Cabrón. Que chingón tu doctor. Un palito. Te lo cambio por mi juego de video, dos tortas diarias y mi balón de fútbol”

“¿Nos dejas jugar a nosotras con tu palito?” Esto último me lo siguen diciendo…

Otra técnica que empleaban los mayores para engañarnos era la de asociar algo que no nos gustaba nada con algo que nos gustaba mucho. Con esta idea se inventaron los juegos educativos. Y es que ¡Vaya manía con que aprendiésemos jugando! Que si la cancioncita de las tablas de multiplicar, puta madreeeee!!!!, si yo creo que por eso nunca me las aprendí, que vamos a jugar a ver quién se duerme más rápido, jajajaja, mejor me hubieran anestesiado…

Nuestros padres tomaban nota de esa idea de asociar algo bueno con algo malo y te sorprendían diciendo cosas como: “Vamos a jugar a recoger tu cuarto” , “¿Vamos a jugar a recoger tu cuarto…?” Es como si tu le dices a tu pareja: “¡Vamos a coger planchándome los pantalones y haciendo el reporte de la chamba”

Y como conclusión, la frase con la que los padres ponían fin a todas nuestras preguntas. “Papá ¿Por qué las niñas son tan raras?”

“Cuando seas mayor lo entenderás”…

Pues también en eso nos mintieron.

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