sábado, 8 de marzo de 2008
LAS CHELAS, LOS COMPADRES Y MÁS...
En algunas tribus africanas, cuando los hombres dejaban de ser niños, los más cabrones (que casi siempre eran los mayores) del grupo se los llevaban a hacer rituales, tales como quedarse días sin comer en el desierto hasta ponerle en su madre a un león.
Si sobrevivían se convertían inmediatamente en hombres, la tribu los respetaba y las nenas les aflojaban sin darse tanto su taco. Si fracasaban, eran unos loosers de por vida, lo que por ende los destinaba a quedarse sin vieja o en el mejor de los casos, con las mas gachas.
Nosotros los machines de esta época seguimos necesitando rituales para demostrar y demostrarnos que tenemos bien puestos los huevos (testículos, según la Real Academia Española) la bronca es que en las ciudades esta medio cabrón encontrar leones (y los del zoologico ya están domesticados y creo que hasta chimuelos) así que para demostrar nuestros niveles de testosterona tenemos que buscar otro tipo de rituales, quizás menos peligrosos pero rituales al fin y al cabo.
Salir con los cuates o los compadres a chupar (cerveza) es ritual, porque hablamos cosas de machos como machos, competimos por ver quien es el que cuenta los mejores chistes, quien méa más lejos (saludos a mi compadre Oscar), quien tiene mas lana para paga los tragos, quien se puede ligar a las mas sabrosa del lugar. Ir al futbol, a las carreras de autos, al box o a cualquier competencia y apoyar al equipo (ya lo hacían los romanos en el coliseo mientras los gladiadores se ponían en su madre) levanta la testoterona y jugar dominó desarrolla la habilidad estratégica.
Por eso cuando tu encabronada mujer dice: “ya te vas a embriagar con tus amigotes… eres un gandalla” en realidad no se da cuenta el favor que le estas haciendo. ¿A caso no ha visto que cuando sales de casa con otros machines, regresas siendo mas hombre y con mas ganas de darle a tu mujer (dinero, amor, atención, por delante y por detrás, duro y tupido, etc.)?
Así como las mamitas se meten todas juntas al baño y regresan más atractivas, más ganosas y más cachondas, también nosotros entre hombres nos volvemos mas antojables para las morras (ir al antro gay no cuenta). El fin de todo este choro es que entiendas y, sobre todo, que entienda ella, que los rituales son básicos para sacar al semen… tal que llevamos dentro.
Que ninguna mujer te engañe: ¡Los cuates y las chelas son sagrados!
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